Sexto día de la Novena: Perdonar al que nos ofende

Imagen del Santuario María Auxiliadora de Asunción.

Liberar el corazón del odio y del rencor es un acto de misericordia hacia el prójimo, pero también hacia nosotros mismos.

A lo largo de todo el Evangelio, Jesús nuestro Señor nos invita a perdonar. Y no sólo nos lo dice de palabra, sino que nos da ejemplo perdonando a sus verdugos: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34).

Sin embargo, siempre nos asalta la duda del ¿Por qué perdonar? ¿Cómo perdonar? Porque naturalmente tendemos al resentimiento, al desquite e incluso a la venganza. Para responder estos cuestionamientos es necesario haber experimentado la gracia del perdón de Dios. Perdonamos porque Él nos perdonó primero y, porque, perdonar es condición para que Dios siga regalándonos su misericordia, “perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden".

Aprendamos a ser misericordiosos como el Padre es misericordioso con nosotros; a ser más comprensibles con los demás, “Soportándonos los unos a otros y perdonándonos mutuamente” (Col 3, 12-17). ¡Cuánto tenemos que imitar a María! Ella, la madre de la misericordia, llene nuestros corazones de compasión para, cada vez más, seamos semejantes al corazón misericordioso de su Hijo Jesús.

(Extracto de la reflexión de Sor María Elena Moragas – Revista Mes de María)