Don Bosco, un artesano de la educación

23 Abr. 15 - ABC.es - Buscó a sus primeros alumnos entre los jóvenes detenidos en la cárcel de menores de Turín porque estaba convencido de que estos muchachos reemprenderían una vida honrada si una vez fuera de prisión «encontraban una mano benévola que se ocupara de ellos». Desde entonces la obra iniciada por Don Bosco a mediados del siglo XIX no ha hecho más que crecer.

Hoy la famlia salesiana cuenta con 15.000 hermanos y está presente en más de 132 países. Solo en España esta congregación religiosa cuenta con medio millar de escuelas profesionales donde se forman cerca de 160.000 jóvenes.

La vida y la obra de este sacerdote piamontés que fue un poco sastre, un poco saltimbanquis y un poco pastelero además de educador se recoge en un original libro-entrevista del periodista y director de La Mañana de la Cope, Ángel Expósito, al Rector Mayor de los salesianos, Ángel Fernández Artime. 

El diálogo del autor con el primer español que sucede a Don Bosco al frente de la Congregación Salesiana permite abordar, con motivo del segundo centenario de su nacimiento, los grandes temas de actualidad a la luz del carisma del santo turinés. 

La publicación, «Don Bosco hoy» (Romana Editorial), se completa con una serie de ensayos realizados por salesianos de todo el mundo sobre distintos aspectos de la polifacética figura de su fundador.

Una figura «muy actual»

«Para una persona que vive por su trabajo en la inmediatez, el hecho de poder remontarse 200 años atrás y poder ver los problemas de la educación, de los jóvenes, de las migraciones, de la mujer con perspectiva y trascendencia ha supuesto un enorme balón de oxígeno», explica su autor. 

Para el periodista, dos siglos después, la figura de Don Bosco sigue siendo de gran actualidad. 

«Lo que más me ha sorprendido es cómo la visión de este hombre y su trabajo en el extrarradio más paupérrimo de Turín a mediados del siglo XIX es perfectamente extrapolable a los problemas del mundo de hoy», apunta.

Entre ellos, destaca los retos pendientes de nuestro país con la educación y sobre todo con la Formación Profesional (FP), una vía educativa fundamental para Don Bosco. Los orígenes humildes del sacerdote y la muerte temprana de su padre le obligaron a ganarse la vida para poder ingresar en el seminario y pagar su formación.

«Su propia experiencia le enseñó que para sacar de la marginalidad a sus muchachos lo mejor era enseñarles a trabajar», recuerda el padre Artime en el libro. Así nacieron los primeros talleres artesanales en una finca de Valdocco, a las afueras de Turín, que con el paso de los años han derivado en lo que hoy llamamos FP.

Para Expósito, «España ha avanzado poco en la FP, una formación clave no solo para la economía si no también para acabar con el elevado abandono escolar». «Don Bosco hoy alucinaría con el paupérrimo concepto social que tiene la FP en España», asegura.

Pero Don Bosco fue más allá al crear lo que él denominó «el sistema preventivo», un método pedagógico que se oponía al modelo represivo imperante en la época. «Este sistema cree en el potencial y el protagonismo de los alumnos. Cada chaval aunque sea el peor delincuente, si se le educa en actitudes y valores puede ser el mejor. Don Bosco parte del concepto de que los chavales son víctimas y no culpables y esa filosofía sigue estando en la educación salesiana», explica el autor.