Manifiesto en ocasión de la muerte de Mathías Correa

salesianos.org.py - El joven salesiano Mathías Correa perdió la vida en un hecho de violencia en la madrugada del pasado viernes 15 de diciembre. Mati formaba parte del Movimiento de Animadores de Oratorios Salesianos e integraba el grupo de monaguillos de la Parroquia Salesiana Domingo Savio de Fernando de la Mora. 

Al término de la misa de cuerpo presente, el P. Sergio Maciel leyó un manifiesto en nombre de la Comunidad Salesiana y de la Parroquia Domingo Savio, la cual compartimos a continuación. 

Manifiesto

Queridos hermanos en Cristo, amigos de la gran Familia Salesiana del Paraguay.

La noticia del fallecimiento del joven Eduardo Mathías Correa Navarro, de 18 años, animador del Oratorio Festivo de la Parroquia Domingo Savio, estruja nuestros corazones y nos llena de dolor e impotencia.

Como cristianos, tenemos la esperanza en Cristo Jesús, de que Mathías ya comparte con el querido Don Bosco y con Mamá María, quienes a lo largo de su vida aquí en la tierra ya prepararon su alma y su corazón oratorio, de acuerdo a los criterios evangélicos de quien es el Camino, la Verdad y la Vida. 

Igualmente, su muerte es para nosotros un signo evidente que la inseguridad y la violencia que reinan en nuestro querido Paraguay, y ante esto debemos levantarnos, y hacer algo para que nuestros jóvenes no sean nunca más víctimas, porque la estocada al corazón del querido Mathías, es la estocada de cobardes criminales, quienes andan motorizados para robar y siguen impunes, ya que ellos se apoderaron de nuestras calles, de nuestros barrios.

Hacemos un llamado a las autoridades policiales, fiscales y judiciales, a que investiguen, procesen y en su debido tiempo decidan la suerte de los responsables de estos hechos.

Hemos de estar atentos y vigilantes para demandar todo lo que en ley corresponda. No pretendemos comprar conciencias, no pretendemos influenciar sobre sus desiciones, ni mucho menos torcer resultados. Queremos que se aplique la ley, queremos que se haga justicia.

Su muerte es para nosotros también un signo evidente de que las instituciones encargadas de velar por la salud y la vida de las personas, no tienen los recursos humanos capacitados, o sensibles a las necesidades puesto que encuentran excusas en otros para dejar de cumplir con su deber más sagrado, jurado ante la sociedad. 

Hoy estamos de duelo, y en el año del Trienio de la Juventud, donde la invitación es abrazarnos a Cristo, nos duele como iglesia que la clase política haya dejado de lado a la juventud, o no la tome enserio, porque son los encargados de que en nuestro país realidades como la educación, la salud, la seguridad, dejen de formar parte de los discursos y pasen a ser acciones concretas. 

Hacer es lo que hay que hacer, y nosotros estamos dispuestos a jugar el partido como seguidores de un gran maestro de la juventud, que nos enseñó con el ejemplo a ser santo, a ser buenos cristianos y honrados ciudadanos. 

Comunidad, Parroquia Salesiana
Santo Domingo Savio