Don Bosco y los Papas
El Papa fue el objeto de su amor, ferviente y filial
No fue pequeña gloria para Don Bosco el haber sostenido siempre al santo Pontífice Pío IX, iluminándolo en momentos trágicos para la Iglesia, y defendiendo su autoridad, sus derechos, su prestigio.
Para sostener la autoridad papal quiso su Sociedad. En el lecho de muerte, al cardenal Alimonda, como si fuera su testamento, le decía estas memorables palabras: «Tiempos difíciles, Eminencia... He pasado tiempos difíciles... Pero la autoridad del Papa... ¡la autoridad del Papa! He dicho aquí a Mons. Cagliero que lo diga al Santo Padre: que los Salesianos tienen como finalidad especial sostener la autoridad del Papa, donde se encuentren, donde trabajen».
PÍO IX
San Juan Bosco tuvo la primera audiencia con Pío IX el 9 de marzo de 1858. El Pontífice comprendió en seguida al Santo y, persuadido de que su obra era querida por Dios y muy necesaria para los nuevos tiempos, lo exhortó a organizarla de modo estable, le dio preciosos consejos y con su intervención directa allanó muchas dificultades.
Sugirió a Don Bosco que denominara su congregación “Sociedad”; dijo que eran necesarios lo votos, pero que fuesen simples; aconsejó un modo de vestir y prácticas de piedad sencillas; le ordenó escribir sus memorias, le hizo múltiples demostraciones de afecto y le proporcionó también ayudas materiales.
Durante su pontificado fueron aprobadas la Sociedad Salesiana y sus Constituciones, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y la Pía Unión de los Cooperadores Salesianos. Y se reservó para sí mismo el protectorado sobre la Sociedad.
LEÓN XIII
San Juan Bosco tuvo la primera audiencia privada con León XIII el 16 de marzo de 1878; el Pontífice aceptó ser el primer Cooperador salesiano. Trató siempre al Santo con cordialidad, cosa insólita en aquel Papa, de aspecto más bien grave y poco expansivo.
Erigió el primer Vicariato Apostólico confiado a los Salesianos, nombrando el primer Obispo en la persona de Mons. Cagliero (30 de octubre de 1883). En la primera audiencia a Don Rua (1888), le manifestó su convicción de la santidad de Don Bosco; y le dio abundantes consejos para la consolidación de la Sociedad.
SAN PÍO X
Fue canonizado el 29 de mayo de 1954. No sólo cuando fue papa, sino ya siendo sacerdote, obispo y patriarca, dio pruebas de benevolencia hacia la Sociedad Salesiana.
Se encontró con el Fundador en Turín el 15 de agosto de 1875, cuando era canónigo; se sentó a la mesa con el Santo, se hizo inscribir entre los Cooperadores salesianos y se marchó altamente edificado. Pocos días después de su elevación al trono pontificio, mandó a Don Rua su autógrafo con una bendición a la Sociedad Salesiana.
El 23 de julio de 1907 firmó el Decreto de introducción del Proceso Apostólico de San Juan Bosco, y el 10 de febrero de 1914 el de Santo Domingo Savio. Es el primer Cooperador salesiano elevado al honor de los altares.
PÍO XI
En el otoño de 1883, siendo joven sacerdote, fue a visitar a San Juan Bosco y su Oratorio, donde se quedó dos días; se sentó a la mesa de Don Bosco y se marchó lleno de profundos y suaves recuerdos. Aquel contacto con el Santo fue para él casi siempre un orgullo.
No ahorró medios para promover rápidamente el Proceso Apostólico de Don Bosco, para cuya canonización estableció el día de Pascua de 1934, a conclusión del Año Santo. Extendió su fiesta a la Iglesia universal. Justamente se le llamó “el Papa de Don Bosco”.
A él se debe que la Causa de beatificación de Domingo Savio superara dificultades que parecían insuperables: el 9 de julio de 1933 firmó el Decreto de la heroicidad de sus virtudes. El 11 de mayo de 1936 proclamó la heroicidad de las virtudes de Santa María Mazzarello, a la que beatificó el 20 de noviembre de 1938.
PÍO XII
El 24 de junio de 1951 canonizó a Santa María Mazzarello. Beatificó (5 de marzo de 1950) y canonizó (12 de junio de 1954) a Santo Domingo Savio. Proclamó la heroicidad de las virtudes de Don Miguel Rua (26 de junio de 1953). Introdujo la Causa de beatificación de Zeferino Namunucurá (10 de diciembre de 1956) y la de Dorotea de Chopitea, viuda de Serra (21 de junio de 1957).
JUAN XXIII
Con frecuencia se complacía en recordar que de muchacho leía las Lecturas Católicas de Don Bosco, “el primero y el más eficaz complemento de su formación religiosa y civil”; que, siendo aún niño, supo por el Boletín Salesiano, que llegaba a su casa, la muerte de Don Bosco; que la imagen de María Auxiliadora, sacada de un número del Boletín Salesiano, pendía de la pared junto a su cama.
Inauguró solemnemente en Roma el nuevo templo de San Juan Bosco en el barrio Appio (1959). Nombró doce Obispos salesianos y el tercer Cardenal Salesiano.
PABLO VI
Como sacerdote y, más tarde, como Arzobispo de Milán, profesó un gran amor a Don Bosco y apoyó decididamente el trabajo de los Salesianos a favor de la juventud pobre.
En 1972, Pablo VI beatificó a Miguel Rua, primer sucesor de Don Bosco, y en 1976 declaró mártires al obispo Luis Versiglia y a Don Calixto Caravario.
Pablo VI murió el 6 de agosto de 1978. Sus discursos magisteriales de las audiencias especiales durante los dos Capítulos Generales forman parte de la herencia Salesiana.
JUAN PABLO II
Todos los acontecimientos más importantes de la Sociedad Salesiana han sido enaltecidos por la Bendición y a veces por la presencia del Papa, como en la celebración del centenario de la muerte de Don Bosco por parte del Papa juan Pablo II , con la visita a I Becchi y a Valdocco, donde declaró: “Es sabido que los años decisivos de mi vida transcurrieron en una Parroquia de Salesianos, la Parroquia de San Estanislao Kostka, de Cracovia; he vivido esta mi conversión precisamente en el ambiente de esta Parroquia Salesiana... y, al venir aquí, en estos lugares donde nació la Salesianidad, revivo la experiencia vivida en mi encuentro con los Salesianos, con Juan Bosco”. (De su discurso del 2.9.1988).
FRANCISCO
Frecuentó el colegio salesiano «Wilfrid Barón» de Ramos Mejía, Argentina, en 1949 en la clase del grado 6º B. A los 17 años tuvo como director espiritual al padre Enrique Pozzoli, de la comunidad salesiana de Almagro. Un sacerdote salesiano lo marcó a fuego.
«Yo allí aprendí a amar a la Virgen, los Salesianos me formaron en la belleza, en el trabajo, y esto creo que es un carisma suyo, me formaron en la afectividad y esto era una característica de Don Bosco», afirmó el Papa Francisco durante su visita a la Basílica María Auxiliadora en Turín, en el marco de las celebraciones por el Bicentenario de Don Bosco.