Entrevista a Monseñor Gabriel Escobar
Entrevista de la Agencia Internacional de Noticias Salesianas (ANS) a Monseñor Gabriel Narciso Escobar Ayala, sdb, Obispo del Vicariato Apostólico del Chaco Paraguayo
5 May. 15 - ANS | Roma - “El Da mihi animas de Don Bosco fue el motor y la base de todos los emprendimientos que pudo haber realizado Mons. Cagliero (...) El compromiso con el desarrollo de las poblaciones de hoy se podría actualizar en el Vicariato (...) Por supuesto que sí que un Obispo salesiano puede mantenerse con el enlace del corazón de Don Bosco.” Son algunas apartes de la entrevista concedida por mons. Gabriel Escobar, sdb, Obispo del Vicariato Apostólico del Chaco Paraguayo, en vista del Encuentro de Obispos Salesianos en los lugares de Don Bosco (Turín, 21-25 de mayo).
Mons. Cagliero vivía totalmente en una perspectiva de "Da mihi animas"; ¿Cómo vivir esta pasión?
El Da mihi animas de Don Bosco fue el motor y la base de todos los emprendimientos que pudo haber realizado Mons. Cagliero como Pastor de la Iglesia Particular del Vicariato Apostólico de la Patagonia en la Nación Argentina, donde con un celo ejemplar como hijo de un gran visionario Don Bosco se preocupó por la animación, cuidado y proyección para extender el Reino Dios al estilo del carisma salesiano.
Estoy convencido como Obispo, que siempre toda persona debería contar con una motivación que le lleve a emprender muchos trabajos para la mayor Gloria de Dios y aquí la clave está en Da mihi animas de nuestro Padre Fundador Don Bosco y donde nos recuerda que todo debe tender a la salvación de las almas y no podemos emprender ninguna empresa si no se tiene como objetivo primordial la salvación integral del hombre.
¿Cómo actualizar hoy, en su diócesis, el compromiso con el desarrollo de las poblaciones que persiguieron Mons. Cagliero?
El compromiso con el desarrollo de las poblaciones de hoy se podría actualizar en el Vicariato, a través de una vivencia profunda y sencilla de la Vida cristiana, donde arda en nosotros como pastores la caridad pero esa caridad con lo propio de lo nuestro como salesianos; por ejemplo, la caridad pastoral, donde el celo por dar a conocer a Jesucristo y su Reino nos lleve a buscar la salvación de las almas, y que se manifiesta en la caridad educativa, porque no hay duda que encuentra en la educación el recurso que le permite ayudar a los jóvenes a desarrollar todas sus energías para el bien, donde nos preocupemos en formar en todos los fieles el deseo de ser honestos ciudadanos de este mundo y buenos cristianos y futuros habitantes del cielo.
En pocas palabras podríamos decir tenemos que ser TODO DE CRISTO para poder darnos sin limitaciones a la misión; ya que sin el amor convencido en quien hemos puesto nuestra confianza poco o nada podremos avanzar en nuestra vida espiritual y en nuestro trabajado como miembros claves para el mejoramiento de nuestro mundo.
Y la clave para ser todo de Cristo, necesariamente, pasa por nuestra interioridad que se alimenta cada día en nuestra vida de oración, dirección espiritual, vida comunitaria y, por supuesto, en la vivencia concreta cada día de la caridad.
Mons. Cagliero era un hijo de la primera generación... ¿qué crees que fue la principal impresión que había mantenido desde el oratorio?
No hay duda que Juan Cagliero había mantenido en su corazón y mente el estilo oratoriano que nuestro Padre Don Bosco le había inculcado desde los orígenes de su obra que fue: EL CORAZÓN ORATORIANO que se sintetiza en la vivencia y la experiencia del oratorio como una GRAN CASA: donde yo me sienta amado, respetado y tenido en cuenta con mis luces y sombras; como un GRAN TEMPLO: donde yo pueda valorar todo lo bueno que Dios me ha dado y dar gracias por ello a través de la vivencia de una oración sencilla pero profunda, lleno de entrega y amor a este Dios que tanto ha hecho por nosotros; como una GRAN ESCUELA donde uno va aprendiendo para la vida y así superándose como persona y construyendo un mundo más justo y equitativo para todos; y por último, como un GRAN PATIO, donde la alegría surge de lo más profundo del ser, en ese contacto con los demás a través del juego, la oración y que, es capaz de manifestarlo en su trato con los demás.
Hoy, sin embargo, ¿es posible que un obispo salesiano pueda mantener el enlace con el corazón de Don Bosco?
Por supuesto que sí, un Obispo salesiano puede mantenerse con el enlace del corazón de Don Bosco, en la medida que trate de ser fiel a esa espiritualidad que me tocó vivir en mi formación inicial y más adelante en mi trabajo pastoral, ya que la espiritualidad salesiana es muy concreta y accesible para todos los ambientes de las clases sociales, donde la espiritualidad salesiana conjuga dos elementos primordiales: la interioridad y la proyección social.
Esta conjunción da prioridad a diversos elementos tales como:
- Alegría, como expresión externa de la felicidad que experimentamos al sentirnos bien con Dios, con los demás y con nosotros mismos.
- Amistad, como entrega de la propia persona y acogida incondicional del otro.
- Vida de cada día, como el lugar más adecuado que Dios nos ofrece para encontrarnos con Él, y de esta manera crecer y realizarnos como personas.
- Jesucristo Resucitado, compañero del camino y modelo de referencia, con el que estamos llamados a establecer una relación profunda a través de la Palabra, la oración y los sacramentos, especialmente la Reconciliación y la Eucaristía.
- Iglesia comunidad, de todos los que viven según el estilo de Jesús, y la hacen realidad siendo miembros activos y responsables.
- María Auxiliadora, la mujer llena de vida, primera creyente, que colabora con Cristo en la obra de la salvación, nos anima y auxilia como madre maestra.
- Compromiso, como responsabilidad de asumir la propia tarea de colaborar en la construcción de una sociedad más humana y más justa a la luz de los valores del Evangelio, con predilección por los jóvenes más pobres.
¿Qué significa hoy ser un obispo desde el corazón salesiano?
Para mí ser un Obispo desde el corazón salesiano significa:
- Ser Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas, las conoce y las busca.
- Ser un hombre de Dios que siempre esté vigilante a lo que vendrá, que sea fiel a la Iglesia y por sobre todas las cosas lleve una vida espiritual profunda para contagiar a sus sacerdotes y fieles.
- Que posea un gran amor a la Madre de Dios y a los hombres.
- Tener un gran Celo Apostólico, cuya Alma Mather debe ser el DA MIHI ANIMAS, CAETERA TOLLE
Entrevista a Monseñor Gabriel Escobar
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