¡No es una carga, es mi hermano!
Saludo de Buenos Días nº 451
Mis amigos y amigas: intentaré ofrecerles una sencilla reflexión, diferente a la de días anteriores, sobre un tema difícil: lo que está ocurriendo con la violencia que se atribuye a inmigrantes… Hablo de Europa pero vale para todo el mundo.
Comienzo por esta historia: Cuentan que un turista en África vio cómo una niña de ocho años llevaba en brazos, y con esfuerzo, a su hermanito, rechonchito, de dos años. Iba casi curvada. El Señor le dice: niña, por qué vas con esa carga sobre ti, que te pesa tanto… A lo que la niña respondió: No es una carga, señor, es mi hermano.
Y mi pensamiento vuela a tantas personas que NO son violentas, que son honradas, humanas, muy humanas, y que sólo buscan un futuro mejor, sin armas, sin muerte… Todos los pueblos han sido emigrantes, de alguna manera.
Lo ocurrido en Alemania en el inicio del año nuevo (me refiero a jóvenes -se dice que africanos-, que han molestado sexualmente a jovencitas o mujeres), es intolerable, ciertamente. Y hay que garantizar la convivencia pacífica y justa, y lo ocurrido no se puede permitir. Pero me queda el corazón un poco inquieto pensando en que podemos ser muy injustos cuando culpamos, sin decirlo, a todos, por el hecho de ser de otro país, por ser diferente, por no ser de los nuestros… Y eso de culpar a inocentes ocurre con los africanos, y ocurre con los indígenas en América, y ocurre… ¡tantas veces ocurre!
Por eso mi invitación de hoy es que no distingamos, como cristianos, como educadores, como padres y madres de familia… cada cual en nuestra condición -o todas al mismo tiempo-, por ser muy equilibrados y justos en todo lo que es tan delicado. Al final ocurrirá, como dice la viñeta: ¿Cuántos extranjeros hay en tu cole?, y la respuesta del niño es: “No lo sé papá, en mi cole solo hay niños”.
Que tengan un lindo día. Con afecto,
P. Ángel Fernández
Rector Mayor
¡No es una carga, es mi hermano!
¿Dónde está el justo equilibrio?
Mis amigos y amigas: intentaré ofrecerles una sencilla reflexión, diferente a la de días anteriores, sobre un tema difícil: lo que está ocurriendo con la violencia que se atribuye a inmigrantes… Hablo de Europa pero vale para todo el mundo.
Comienzo por esta historia: Cuentan que un turista en África vio cómo una niña de ocho años llevaba en brazos, y con esfuerzo, a su hermanito, rechonchito, de dos años. Iba casi curvada. El Señor le dice: niña, por qué vas con esa carga sobre ti, que te pesa tanto… A lo que la niña respondió: No es una carga, señor, es mi hermano.
Y mi pensamiento vuela a tantas personas que NO son violentas, que son honradas, humanas, muy humanas, y que sólo buscan un futuro mejor, sin armas, sin muerte… Todos los pueblos han sido emigrantes, de alguna manera.
Lo ocurrido en Alemania en el inicio del año nuevo (me refiero a jóvenes -se dice que africanos-, que han molestado sexualmente a jovencitas o mujeres), es intolerable, ciertamente. Y hay que garantizar la convivencia pacífica y justa, y lo ocurrido no se puede permitir. Pero me queda el corazón un poco inquieto pensando en que podemos ser muy injustos cuando culpamos, sin decirlo, a todos, por el hecho de ser de otro país, por ser diferente, por no ser de los nuestros… Y eso de culpar a inocentes ocurre con los africanos, y ocurre con los indígenas en América, y ocurre… ¡tantas veces ocurre!
Por eso mi invitación de hoy es que no distingamos, como cristianos, como educadores, como padres y madres de familia… cada cual en nuestra condición -o todas al mismo tiempo-, por ser muy equilibrados y justos en todo lo que es tan delicado. Al final ocurrirá, como dice la viñeta: ¿Cuántos extranjeros hay en tu cole?, y la respuesta del niño es: “No lo sé papá, en mi cole solo hay niños”.
Que tengan un lindo día. Con afecto,
P. Ángel Fernández
Rector Mayor
¡No es una carga, es mi hermano!
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