¿Nos creemos, de verdad, que podemos abandonarnos en Dios?
Saludo de Buenos Días n.º 615
Buenos días mis queridos amigos y amigas. Les deseo un sereno y lindo domingo.
Es por eso mismo de que es domingo, por lo que quiero dirigir mi reflexión hoy hacia ÉL.
Leía dos fotos mensajes que me hacían pensar. Una dice:
«Cuando tú dices “No puedo”,
Dios te dice: “Toma mi mano, yo si puedo”».
Y en momento pensaba lo siguiente: ¿De verdad nos lo creemos? ¿En verdad creemos que es muy cierto, real, posible, esto de abandonarnos en Dios?, o sea, ese confiar tanto, más allá de lo mal que nos vengan los momentos, que sería como esa experiencia indescriptible pero que está llena de abandono y confianza cuando el niño pequeño se lanza «casi al vacío» hacia los brazos de su madre.
Abandonarse en tener la certeza de esos brazos que te acogen.
¿De verdad tenemos tal certeza con Dios?
¿Hemos tenido la suerte de poder vivir esa experiencia?
¿Si es que sí, adonde nos ha llevado…?
¿Si no la hemos tenido, la añoramos de verdad?
Perdónenme por tantas preguntas. Sucede que con frecuencia no las solemos hacer porque nos resultan hasta un poco molestas, pero sin embargo yo creo que tocan nuestra mas pura esencia humana (y no digo solamente religiosa o creyente).
En fin, les dejo con estas mis reflexiones, con esta otra convicción: La de que «La fe no hace las cosas fáciles, pero las hace posibles».
Que el Buen Dios les bendiga. Feliz domingo. Con afecto, Ángel. R.M.
Buenos días mis queridos amigos y amigas. Les deseo un sereno y lindo domingo.
Es por eso mismo de que es domingo, por lo que quiero dirigir mi reflexión hoy hacia ÉL.
Leía dos fotos mensajes que me hacían pensar. Una dice:
«Cuando tú dices “No puedo”,
Dios te dice: “Toma mi mano, yo si puedo”».
Y en momento pensaba lo siguiente: ¿De verdad nos lo creemos? ¿En verdad creemos que es muy cierto, real, posible, esto de abandonarnos en Dios?, o sea, ese confiar tanto, más allá de lo mal que nos vengan los momentos, que sería como esa experiencia indescriptible pero que está llena de abandono y confianza cuando el niño pequeño se lanza «casi al vacío» hacia los brazos de su madre.
Abandonarse en tener la certeza de esos brazos que te acogen.
¿De verdad tenemos tal certeza con Dios?
¿Hemos tenido la suerte de poder vivir esa experiencia?
¿Si es que sí, adonde nos ha llevado…?
¿Si no la hemos tenido, la añoramos de verdad?
Perdónenme por tantas preguntas. Sucede que con frecuencia no las solemos hacer porque nos resultan hasta un poco molestas, pero sin embargo yo creo que tocan nuestra mas pura esencia humana (y no digo solamente religiosa o creyente).
En fin, les dejo con estas mis reflexiones, con esta otra convicción: La de que «La fe no hace las cosas fáciles, pero las hace posibles».
Que el Buen Dios les bendiga. Feliz domingo. Con afecto, Ángel. R.M.
¿Nos creemos, de verdad, que podemos abandonarnos en Dios?
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