Carta de despedida del P. Néstor Ledesma

Queridos 
Hermanos salesianos 
Familia Salesiana 
Amigos de Don Bosco 
Jóvenes

¡Alegría y paz para todos! 

Ha pasado el tiempo y ha llegado el momento de entregar la posta. Esta posta ha significado mucho trabajo, mucha entrega, mucha fatiga, mucha alegría, mucho encuentro con los hermanos, mucha santidad. 

Agradezco a Dios esta oportunidad de servir y ayudar. Sin duda me he equivocado muchas veces y de seguro he lastimado a varios de Ustedes. Hoy les pido perdón, y en presencia de Dios puedo decirles que siempre he intentado hacer lo mejor para vivir la consagración como religioso salesiano. 

Agradezco a los hermanos su comprensión, su paciencia, su fraternidad y su gran esfuerzo y compromiso por la salvación de la juventud. Estamos en el camino de rediseño de nuestra presencia, para renovar la significatividad de nuestra consagración como salesianos. En el horizonte, el CG 28 nos invita con fuerza a mirarnos para redescubrir la voluntad de Dios: ¿Qué salesianos para los jóvenes de hoy? 

Agradezco a todos los laicos, a los jóvenes y a la Familia Salesiana por sus oraciones, su apoyo, su cercanía y por todo cuanto nos ha permitido caminar juntos en el florecimiento del carisma salesiano. 

Elevo mis oraciones por nuestro hermano, el P. Mario Villalba, nuestro nuevo Padre Inspector. Como hace casi seis años atrás hicieron conmigo, yo también hoy le deseo y auguro la presencia constante y tierna de la Maestra y Madre, la Auxiliadora para este servicio tan delicado. 

Unidos en la misión, hago propicia esta ocasión para desearles a todos abundantes bendiciones. Que nuestra Madre, por su intercesión nos conceda vivir alegres en nuestra vocación, con una pasión apostólica viva y comprometida con la salvación de las personas, especialmente de los jóvenes más pobres. 

Fraternalmente en Don Bosco, 

P. Néstor Ledesma

Padre Inspector

Asunción, 31 de julio de 2018