124 años de presencia Salesiana en Paraguay
Los primeros cuatro salesianos que iniciaron la obra salesiana en el Paraguay. |
salesianos.org.py - En 1894 Monseñor Lasagna escribe al primer Sucesor de Don Bosco y Rector Mayor de los Salesianos, Don Miguel Rúa: «El Paraguay es la tierra suspirada por muchos corazones salesianos y es el sitio en que, sin duda, se abrirá el campo más vasto al celo y laboriosidad de la Congregación».
Fue una visión profética que comenzó a cumplirse el 23 de julio de 1896, cuando los primeros cuatro salesianos tomaban posesión del local proporcionado por el gobierno para iniciar allí la Escuela de Artes y Oficios.
Sus religiosos, los salesianos, fueron acogidos afectuosamente por el pueblo y por las autoridades eclesiásticas y nacionales, abrieron los primeros surcos en el campo fecundo y cada vez más vasto del mundo juvenil.
Don Miguel Rúa escribió en 1897: «A costa de grandes sacrificios hemos queridos cumplir, al menos en parte, los ardientes votos de Monseñor Luis Lasagna, enviando algunos salesianos a Asunción, capital del Paraguay».
Sin dudas, el gran Obispo Luis Lasagna habría deseado acompañar y presidir él mismo la primera expedición, lo que no fue posible por la tragedia en Juiz de Fora, Brasil, donde perdió la vida el 6 de noviembre de 1895.
Alumnos de la escuela de artes y oficios, en 1896. |
Pero sus proyectos no murieron con el.
El Padre José Gamba, sucesor de Monseñor Lasagna en la Inspectoría de Uruguay y Paraguay, determina dar cumplimiento a su labor en el Paraguay y como monumento perenne a la memoria del intrépido Obispo, dio a la nueva fundación el nombre de «Colegio Monseñor Lasagna», bajo la adveración de San Luis.
A partir de aquel momento, en el Paraguay comenzaron a hacerse realidad los deseos apostólicos de San Juan Bosco.
La centenaria tarea iniciada por los primeros salesianos, con las bendiciones de Dios y María Auxiliadora, produjo y seguirá produciendo incontables frutos de bien en el transcurso del tiempo.
124 años después, la Familia Salesiana continúa vigorosa y dinámicamente activa en los distintos puntos de la geografía paraguaya, gracias al camino abierto por Monseñor Lasagna, quien fue «el mejor representante del genio de Don Bosco en estas naciones encomendadas a el».
En este edificio inició la Obra de Don Bosco en el Paraguay. |