La Vigilia del Jubileo de los Jóvenes
La amistad como camino hacia la paz, el amor de Dios es la vía hacia la esperanza.
En la explanada de Tor Vergata, al atardecer, tres jóvenes plantearon al Papa León XIV interrogantes profundamente humanos que resuenan en el corazón de las nuevas generaciones: ¿cómo encontrar amistades auténticas? ¿Cómo tener el coraje de tomar decisiones importantes? ¿Y cómo experimentar verdaderamente la presencia de Cristo, incluso en medio de las dificultades?
¿Cómo encontrar amistades auténticas?
Dulce María, una joven mexicana de 23 años, habló sobre la dificultad de encontrar amistades sinceras en una cultura dominada por la tecnología y las redes sociales, que muchas veces crea la ilusión de conexión mientras se experimenta una creciente soledad.
El Papa León XIV respondió que las relaciones verdaderas solo pueden brotar del vínculo profundo con Jesucristo, “la verdad que no engaña”. Subrayó que toda cultura contiene tanto valores como errores, y que es esencial aprender a discernir entre ellos. Recalcó que cuando los instrumentos –como la tecnología– dominan al ser humano, este se convierte en un objeto más, perdiendo su capacidad de entablar vínculos sinceros. Citando a San Agustín, afirmó que todo corazón humano anhela una vida buena, y que ese deseo solo se realiza plenamente en Cristo, donde la amistad puede ser fiel, feliz y eterna. “La amistad –dijo– es un camino hacia la paz”.
El miedo a tomar decisiones
Luego intervino Gaia, una joven italiana de 19 años, expresando el miedo generalizado de los jóvenes a tomar decisiones importantes en un contexto de incertidumbre. Según ella, saber que elegir implica renunciar a otras opciones genera parálisis. El papa respondió que el amor es lo que da el coraje de elegir. Recordó que todos hemos sido amados y elegidos desde antes de nacer, y que ese amor fundante da sentido a nuestras decisiones. Si bien elegir conlleva renuncias, el amor de Dios otorga firmeza. Cristo, al entregar su vida, mostró que el don de sí mismo es el camino hacia la realización personal. Fundar la vida en Él permite reemplazar el miedo por esperanza.
¿Cómo encontrar al Señor Resucitado?
La tercera pregunta fue formulada por Will, un joven estadounidense de 20 años, quien abordó el tema de la vida interior, el atractivo del silencio y el deseo de encontrar al Señor Resucitado incluso en medio del vacío o la incertidumbre.
El Papa León XIV invitó a los jóvenes a invocar a Dios en la búsqueda del bien, repitiendo la oración: “Quédate con nosotros, porque sin Ti no podemos hacer ese bien que deseamos”. Indicó que a Cristo se lo encuentra en la Iglesia, en la comunión de quienes lo buscan sinceramente, ya que es Dios quien forma una comunidad de creyentes que se sostienen mutuamente. Citó nuevamente a san Agustín, recordando su célebre frase: “Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”, para animar a los jóvenes a buscar a Dios también en sus límites y fragilidades, manteniendo siempre el diálogo con Él.
Tras este emotivo intercambio, se proclamó el Evangelio y se vivió un momento especialmente intenso de adoración eucarística. Un silencio lleno de oración descendió sobre la explanada, interrumpido solo por cantos y meditaciones. Al finalizar, con la reposición del Santísimo y la bendición final, el Papa León XIV se despidió con una sonrisa y una recomendación cercana: “Les encargo, ¡descansen un poco!”.
Fuente: ANS
